El primer paso del tratamiento consiste en desmaquillar y limpiar las zonas a tratar. A continuación, se realiza un peeling para retirar las células muertas y para dejar la piel sin imperfecciones. Continuamos con la bioestimulación pro-iónica INDIBA de radiofrecuencia que mejora notablemente la oxigenación de las células y es el recuperador cutáneo por excelencia.

Y es que el cuello y el escote son claros indicadores de la edad y el envejecimiento es más visible en esta zona a partir de los 40 años. El cuello es muy sensible al sol, ya que posee menos melanocitos que en el rostro, lo que hace que la función protectora a los rayos ultravioleta sea prácticamente inexistente. El escote suele presentar pequeñas arrugas verticales producidas por las posturas adaptadas al dormir, así como manchas y arañas vasculares ocasionadas por un exceso de sol.

Con este tratamiento mejoramos la tonificación, tersura y aspecto de la piel, no sólo en el exterior, sino también en el interior, ya que tiene un efecto probado de estimulación del colágeno y de elastina, lo que genera una acción reafirmante real. El masaje se realiza insistiendo en las áreas de drenaje, para mejorar la detoxificación tisular y la eliminación de productos catabólicos.